El blog del Mago Gris

Ayer estuve sufriendo junto a mis amigos en el Innobar el partido de copa entre el Zaragoza y el Barcelona. He sido seguidor del Zaragoza desde siempre, y por tanto recuerdo múltiples y variados tipos de robos a los que hemos sido sometidos. En mi memoria, por lo demás bastante volátil, caló sobremanera el vuelo de Anelka sobre el área de la Romareda hace ya un buen puñado de años, el cual me convirtió desde ese entonces en antimadridista convencido, o el "ha sido el 6, penalty y expulsión"(Rafa, no me jodas).
El Zaragoza mereció ganar la eliminatoria, pero la verdad es que el arbitraje de Rodriguez Santiago fue desastroso. ¿Que Víctor Muñoz había presionado al arbitro? Por favor, no me hagais reir. Un arbitro presionado por el Zaragoza; a estas alturas eso no se lo cree nadie. Pudo haber errores de apreciación en la expulsión a Ronaldinho o en las tarjetas a Ponzio o Gabi Milito. Pero en lo que de verdad se vió la mano oculta fue en el descuento. ¿Pitar el final medio minuto antes de lo establecido? Algo huele a podrido en Dinamarca.
No, lo que yo creo es que aparte de ser muy malo, el árbitro benefició a los de siempre. ¿A quienes? pues al Real Mandril. O mucho me equivoco o la encerrona que nos tienen preparada en el Bernabeu va a ser de las que hacen época (y de las que me harán reafirmarme más en mi antimadridismo). Pero bueno, no sólo de fútbol vive el hombre (¿o sí?).
Update 10/02/06: 6-1, partido histórico y el árbitro sin beneficiar al Madrid. Ahora ya sabeis porqué nunca me ha tocado una quiniela.